¡Solo tú sabes la verdad!
Has sido testigo de cada tiro de gracia que terminó aferrándose a ti,
Has sido tu quien me ha alimentado y a los que vendrán.
¡Abre tus raíces, grítalo!
Te has estremecido ante el ardor del rocío,
Has visto cómo han muerto de hambre tus hijos.
Te escupieron tu propia sangre
Y aún sigues dormida.
¡Despierta!
Escucha los gritos de tu hija
A quien se llevaron y desgarraron hasta matarla.
Siente las pisadas de tu hermano que moribundo
Se arrastra por tus venas hasta tus huesos.
Huele la angustia de tus abuelos que
Regaron por el camino las semillas que ahora consumes.
¡Estalla!
Saca el aliento de las aguas que aún son cristalinas,
Arranca las espinas que son de tu propia tierra.
Mírate en los ojos de vidrio,
Con los que te ve tu madre.
¡Revive!
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Lissa María Reyes, tiene 20 años y es una estudiante de pregrado en Estudios Literarios en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia.
Photo by Ricardo Arce.
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